Declaración de principios (poco grouchista)

—Dicen que cuando un ser humano asume el hedonismo, se reduce a sus instintos animales más básicos.

—Nosotros pensamos, por el contrario, que el placer obtenido al satisfacer el deseo es la esencia de la cultura, porque —a diferencia de las necesidades biológicas— el deseo es, por definición, la fuerza que nos lleva a superar la mera satisfacción animal de las necesidades orgánicas. Esa superación es lo que llamamos «cultura».

 

—Dicen que la crítica de libros tiene un formato inmutable: descripción de la obra, información sobre su autor, valoración de sus logros, denuncia de sus defectos…

—Nosotros pensamos que hay pocas cosas más aburridas que una reseña de libros convencional. Por eso buscamos formas heterodoxas de transformar la conversación sobre libros en un interesante y libre ejercicio literario. 

 

—Dicen que una revista ha de publicar artículos, es decir, monólogos.

—Nosotros pensamos que es preferible publicar deliberaciones, es decir, diálogos.

 

—Dicen que toda revista ha de tener una línea ideológica.

—Nosotros estamos a favor del pensamiento libre, es decir, en contra de todas las ideologías. Como es inevitable que muchos colaboradores escriban con una cierta perspectiva ideológica, en cuanto lo detectemos, intentaremos ponerle al lado otro texto de diferente ideología.

 

—Dicen que el rigor profesional exige unos conocimientos específicos previos sobre el tema a tratar y un lenguaje técnico para tratarlo.

—Nosotros buscamos especialistas solventes que sean capaces de transmitir ideas sólidas sobre temas de su especialidad de forma interesante y clara para cualquier lector culto que no pertenezca a ella.

 

—Dicen que una revista no puede dejar que los autores criticados respondan a sus críticos.

—Nosotros invitamos a que respondan en Hedónica los criticados, los criticones, los propios críticos y hasta la crítica de la razón pura, siempre que logre superar el filtro del Comité Editorial. Ejemplo: el respetuoso artículo sobre el libro que demuestra «científicamente» la existencia de Dios va seguido por la respuesta de sus autores, que descalifican todas las críticas recibidas. La réplica a su respuesta está en camino. 

 

—Dicen que una revista cultural (los libros son una parte de la cultura, como todo el mundo sabe) ha de estar muy pendiente de la actualidad.

—Nosotros pensamos que lo esencial e intemporal es mucho más interesante que lo actual. No somos periodistas. 

 

—Dicen que una revista electrónica necesita más de cien mil seguidores.

—Nosotros no buscamos tantos.  Hedónica es una revista para las que nuestro amigo Arturo Pardos llama personas SIC (sensibles, inteligentes y cultas). Si entre los seiscientos millones de hispanohablantes actuales nos responde uno de cada diez mil, nos daremos por satisfechos con esos sesenta mil autoelegidos.

 

—Dicen que la cultura hispánica (y su economía) no tienen la potencia de la anglosajona y sería ingenuo pretender hacer en español algo similar a la New York Review of Books o el Times Literary Supplement.

—Nosotros pensamos que eso es cierto, pero que algunas características de esas publicaciones ejemplares se podrían aprovechar para un proyecto más modesto, pero también más flexible. 

 

—Dicen que en internet no se pueden colgar textos largos.

—Nosotros pensamos que cada texto ha de tener la extensión que necesite: estamos hartos de aburrirnos con artículos de dos folios y de acabar la relectura del Quijote lamentando que sea tan corto. 

 

—Dicen que una revista de libros ha de dar su opinión sobre cada obra que analice.

—Nosotros, sobre el filósofo coreano de moda, por ejemplo, damos cuatro opiniones: dos favorables y otras dos demoledoras.   

 

—Dicen los responsables de todas las revistas culturales que ellos publican artículos «buenos». No suele quedar claro el criterio contrastable para distinguir los buenos de los malos.

—Nosotros pensamos que el único criterio es el gusto y el buen sentido del equipo editorial. Sus decisiones determinarán el rumbo y el nivel de la revista, lo que les hace plenamente responsables de ellos. Y el juicio de los lectores sobre esas decisiones dará el dictamen final sobre la calidad de la revista.

 

—Dicen que una revista de libros ha de informar sobre los mejores de todos los que se publican.

—Nosotros pensamos que es imposible recoger todos los libros interesantes que aparecen continuamente y que no hay forma objetiva de asegurar cuáles son los mejores. Asumimos que eso es también una decisión del equipo editorial, que será juzgado por ella. Y que la revista tiene una línea que también influye en esa selección: los nombres del Consejo Asesor y los artículos seleccionados desde el primer momento dan una clara idea de esa línea.

 

—Dicen que no se puede hacer una revista como Hedónica «porque internet no funciona así».

—Nosotros pensamos que esa es precisamente una buena razón para intentarlo.

 

 —Dicen que una revista cultural no es lo mismo que una académica.

—Nosotros pensamos que eso es cierto; precisamente por eso intentamos recoger solo las mejores costumbres de unas y otras…, para articularlas de forma astuta.

 

—Dicen que los autores españoles no admitirán que los revisores de Hedónica les pidan cambios y más cambios para mejorar sus artículos antes de publicarlos.

—Nosotros pensamos que los colaboradores de esta revista agradecerán el esfuerzo de ayudarles a mejorar sus textos con las correcciones que sean necesarias. Y los que no lo admitan tienen a su disposición buen número de revistas culturales que publicarán sus artículos… incluso sin leerlos.

 

—Dicen que una nueva revista de libros no puede lanzarse sin una buena financiación.

—Nosotros pensamos que con nuestros modestos ahorrillos se puede lanzar Hedónica, ya que en ella nadie cobra al contado: todos los que la hacemos tenemos tanta confianza en su insolencia que nos conformaremos con cobrar un porcentaje de los excedentes, si llega a haberlos.

 

—Dicen que un nuevo proyecto ha de presentarse afirmando que llega para quedarse.

—Nosotros pensamos, e incluso decimos, que los escasos fondos que hemos reunido para poner en marcha Hedónica dan para publicarla un año. A partir de ahí, nuestros socios y suscriptores decidirán. 

 

—Dicen que con estos principios vamos a tener un final rápido y contundente.

—Nosotros pensamos que no es fácil estar en desacuerdo con Groucho, pero en este caso hemos de confesarlo: no tenemos otros. 

 

—Dicen que estamos chiflados, que una revista como Hedónica no puede acabar bien, que nos vamos a dar un castañazo.

—Nosotros pensamos que, a los que dicen eso, nuestros lectores les responderán. 

 

 

Autor

  • José Lázaro

    José Lázaro (La Coruña, 1956) es escritor y profesor de Humanidades Médicas en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid. Director de «Hedónica. Revista de Libros» (https://www.hedonica.es/). Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias por el libro «Vidas y muertes de Luis Martín-Santos» (Tusquets, 2009). Autor de «La violencia de los fanáticos. Un ensayo de novela» (2013) y «Vías paralelas: Vargas Llosa y Savater. Un ensayo dialogado» (2020). Coautor, tras Cecilio de Oriol, de «El alma de las mujeres» (2017). Compilador y editor, entre otros, de «Encuentros con ¿Agustín García Calvo?» (2013) y «Diálogos con Ferlosio» (2019). En la actualidad trabaja sobre la medicina del placer, los géneros de la violencia, el enigma del masoquismo y otros temas englobados bajo el título general «Homo hedonicus: el orgullo y el deseo». (https://joselazaro.eu/).

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