Con la contundencia habitual del Mundo Antiguo, los tribunales de la Santa Madre Iglesia solían incluir, entre las sentencias condenatorias de los herejes, la pena de cortarles la lengua. Afortunadamente, los avances de la civilización lograron que incluso a los condenados a muerte se les concediese el derecho a decir[Leer más…]
Cartas del director
Declaración de principios (poco grouchista)
—Dicen que cuando un ser humano asume el hedonismo, se reduce a sus instintos animales más básicos. —Nosotros pensamos, por el contrario, que el placer obtenido al satisfacer el deseo es la esencia de la cultura, porque —a diferencia de las necesidades biológicas— el deseo es, por definición, la fuerza[Leer más…]